jueves, 19 de noviembre de 2015

LEGEND OF THE NIPPLE KING, Part I (o cuando la música se converte en una épica aventura)




Agarraos que vienen curvas. Porque hoy Riot nos trae, en fully esclusiba, la PRIMERA PARTE de lo que apunta a ser su proyecto más ambicioso: LEGEND OF THE NIPPLE KING.

Siguiendo la estela de las grandes óperas de Wagner, nuestro Riot se apunta a un bombardeo y se atreve —nada más y nada menos— con una de las leyendas épicas más confusas y bipolares de la Historia. La Leyenda del Rey Pezón explica cómo un valiente pezón de noble cuna pero con corazón lumpen —de nombre Payoputa, by the wayvuelve de la guerra tras varios años de frotarse contra los cantos, diamantino cuando refresca, siempre duro en la batalla y luciendo a su vera un imberbe galletón sin parangón. Pero, de retorno a su hogar tras haber cumplido con su noble deber de pezón guerrero —como un señor, claro que sí—, Payoputa descubre que todo su reino ha sido arrasado por las ordas de los pezones otomanos (negrotes hasta decir basta), y todo lo que un día fue foco de su devoción se ha visto reducido a cenizas de pezón. En ese momento, al tiempo que se siente en la responsabilidad de vengar a los suyos, empezará a transcurrir su aventura por los angostos senderos de la reflexión a posteriori, la amistad traicionada, las cremas solares y demás clichés al uso.

Partiendo de tan clásica base argumental, Riot vuela libre para cosechar una obra referenciada a la par que fresca de cojones. Desechando cualquier forma de encorsetamiento creativo, su barrigón se deja caer peso muerto sobre composiciones de corte eminentemente épico, pero sin olvidar sus raíces de música ligera y siempre pegadiza. Es evidente que este reto le ha llevado a plantearse no pocas movidas chungas, creando ciertos malos rollitos consigo mismo y con su entorno más inmediato. Como resultado, se comenta que tiene la espalda llena de una especie de ronchas rosadas con volumen que pican bastante y no parecen ceder ante las soluciones tópicas convencionales. Cosas que tiene el no poder parar de crear.

En breve, la segunda y última parte de esta apasionante leyenda. Buffff, qué nervios.